LA FASCINACIÓN POR LOS MANGAS ERÓTICOS
En 1992 llegó Dragon Ball a las televisiones autonómicas de nuestro país, abriendo la puerta de la cultura nipona a nuestros hogares. Su tremendo éxito hizo que en poco tiempo, miles de fans demandaran en quioscos y librerías los primeros ejemplares del manga.
Por supuesto, esta novedad no quedaba circunscrita únicamente al ámbito infantil. De hecho, en ese mismo año, en diciembre del 1992, se publicaba en España el primer manga de contenido altamente erótico, Miss 130 de Kaoru Ai, más conocido por estos lares como Chiyoji. Así se iniciaba una larga historia de fascinación por el manga erótico.
Hentai, Ecchi, y el concepto del manga erótico
Al principio de la Era Meiji, entre 1868 y 1912, se empezó a usar el término “hentai” como sinónimo de cambio o transformación en psicología, haciendo referencia a conceptos como la histeria, la hipnosis o la telepatía. A principios del siglo XX, el término ya se usaba con ciertas connotaciones sexuales.
Pasados los años, tras la Segunda Guerra Mundial, se popularizó el uso de, simplemente, la letra “H” (que en argot suena como “etchi”) para referirse a cualquier cuestión sexual. Más tarde, en los años 60, se comenzó a usar la palabra “ecchi”, derivada del sonido de la letra “H”, para referirse a las cuestiones sexuales.
De esta manera, las obras japonesas de manga o anime con connotaciones sexuales son descritas como ecchi. Se trata de obras en las que no se muestran los genitales ni se ven relaciones sexuales, pero la carga erótica y sexual no puede esconderse. En cambio, cuando se opta por mostrarlo todo sin esconder nada, se define como hentai.
La distinción entre manga ecchi y manga hentai pertenece más al mundo occidental que a la visión que tienen en Japón. Aquí hemos optado por una diferenciación clara en el contenido que se muestra en el manga en función de si son más o menos explícitos. En Japón, dado que todo el manga erótico y pornográfico está relacionado con sexo, todo es ecchi.
Por qué nos fascina tanto el manga erótico
Si podemos darle categoría de arte al manga erótico es gracias algunas obras que han marcado un antes y un después en el género. Historias que no se limitan a simples sucesiones de escenas tórridas si no que son capaces de dotarlas de contenidos únicos e interesantes.
Así, por ejemplo, tenemos artistas como el irrepetible Toshio Maeda, que hace unas semanas tuvimos la ocasión de ver en el Salón del Manga de Barcelona. Maeda, famoso por su Urotsukidoji publicado en 1986, destaca por la complejidad de sus guiones frente al dibujo, incluyendo elementos religiosos y trascendentales en sus historias. También es famoso por la inclusión de tentáculos en sus personajes en sustitución de genitales, saltándose así la censura.
Sus historias no muestran tan solo demonios, violaciones y gore, también contienen un trasfondo intenso, hilando una trama que contiene sexo. Para él, el sexo es parte de la vida y se entiende mejor en un contexto: conociendo a los personajes, cuáles son sus relaciones, con una historia compleja detrás.
También cabe destacar a Satoshi Urushihara, un autor quepersigue el virtuosismo artístico en todas sus páginas. En España se publica únicamente una de sus obras, Carmesí Oscuro, de la mano de Selecta Visión.
Otro artista importante en el mundo del manga erótico es Kisaragi Gunma, famoso por trabajos como Giri-Giri Sisters, Mai Favorite y, sobre todo, por su serie Love Selection. Su capacidad de transmitir emociones, así como su atención al detalle ha influido en muchos artistas.
Y otro autor que ha creado su propio estilo y ha sido imitado hasta la saciedad es Hiroyuki Utatane. Aquí tenemos la oportunidad de disfrutar de una de sus mejores obras, Heaven’s Prison, gracias a Ivrea. En un estilo algo similar tenemos a Akira Hiramoto y su Prison School, también en castellano gracias a Ivrea.
Esta es una pequeña muestra del buen manga erótico que hacen del hentai y el ecchi un auténtico arte. Pero hay muchos más autores interesantes. Todos ellos hacen de este género un mundo fascinante.