La nueva adaptación de Netflix, Yasuke, el primer samurái negro
El 29 de abril Netflix nos trae uno de los alicientes de entretenimiento para esta primavera: la versión anime de la legendaria historia de Yasuke, el samurai africano. Esta producción original consta de seis episodios y es fruto de un trabajo que ha durado más de tres años.
La obra está dirigida por el afroamericano afincado en Tokio LeSean Thomas, también conocido por ser el autor de la serie “Enter the Anime”. Thomas ha contado con la colaboración de Takeshi Koike, el director de animación de esta producción creada en el estudio MAPPA, la cuna del mundo del anime.
Una leyenda fascinante y real
Cuando nos hacemos una imagen mental de un samurái, vemos a un japonés con kimono y katana, ¿verdad? Sin embargo, históricamente hubo un samurái negro viviendo en el Japón feudal del siglo XVI: su nombre era Yasuke y no solamente fue el primer samurái de raza negra, sino uno de los escasos en la historia que no fueran japoneses.
Un compañero de batallas suyo, Matsudaira Ietada, en 1579 lo describió así en su diario: “Medía 1,88 metros, era negro, con piel como el carbón”. Teniendo en cuenta que en aquel entonces la altura media de un hombre en Japón solía ser de 1,57 metros, Yasuke estaba considerado como un gigante.
La presencia del africano imponía profundo respeto y temor, lo que le llevó a ser la mano derecha de Oda Nobunaga, uno de los señores feudales más poderosos de la historia de Japón.
De Mozambique a Kioto
La mayoría de los historiadores opinan que Yasuke nació en Mozambique y llegó a Japón al servicio del misionero jesuita Alessandro Valignano. En otras palabras: empezó siendo esclavo. Pero desde su llegada a Kioto, Yasuke causó sensación por la espectacularidad de su físico, hasta el punto de que la gente no creía que fuese real.
La expectación era tal que llegaron a morir personas por aplastamiento, cuando la multitud se agolpaba para contemplar a Yasuke a su paso por las calles de Kioto. Incluso Odo Nobunaga, el señor feudal, que no había visto en su vida a un hombre de raza negra, obligó a Yasuke a bañarse delante de él para asegurarse de que no era un espía que había teñido su piel.
Pero además de un físico espectacular, Yasuke destacaba por unas especiales habilidades en la lucha que le llevaron a convertirse en guerrero samurái y en el hombre de confianza de Nobunaga. Éste llegó a considerarlo como alguien más de su familia, concediéndole el privilegio de cenar con él.
Un samurái culto
Yasuke no solamente se ganó el aprecio de Nobunaga por su destreza en la lucha, sino por tratarse de una persona culta y de conversación instruida. Solía animar las veladas con cuentos y leyendas sobre su tierra de origen, cautivando a Nobunaga con sus relatos.
Los dos hombres permanecieron unidos hasta el final de la vida de Nobunaga, que se quitó la vida con el ritual suicida japonés seppuku. Lo hizo la noche en que uno de sus generales se rebeló y prendió fuego a su palacio, donde quedó atrapado.
Según Thomas Lockley, historiador británico, Nobunaga pidió a Yasuke que después de muerto lo decapitara y entregase su cabeza y espada a su hijo.
A partir de entonces se convirtió en la leyenda que gestó al ronin africano, y el resto de su vida es un misterio. Habrá que disfrutar de lo que se conoce de él con la serie anime a finales de abril: seis episodios imprescindibles que sin duda sabrán a poco.