El inevitable influjo de Tim Burton
Eduardo Manos Tijeras, Batman, Mars Attack, Pesadilla antes de Navidad (como productor), La Novia Cadáver, Ed Wood y un largo etcétera, la filmografía de Tim Burton está repleta de joyas memorables. Sí, también podemos recordar unos cuantos ejemplos que todos preferiríamos olvidar. Pero lo que no se puede negar es que, de todas formas, la obra de Burton ejerce un poderoso influjo sobre el público y, por mucho que nos haya desagradado alguna de sus obras, siempre esperamos ansiosamente su siguiente proyecto. Dentro de unos meses se estrenará su nueva película, El hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares, y todos estamos pendientes de los incesantes rumores de una posible secuela de Bitelchús. ¿Por qué nos fascina tanto este oscuro y estrafalario señor inadaptado? ¿Cuál es el secreto de su éxito?
En sus inicios, despedido por Disney, la crítica lo despreciaba por considerarlo poco más que un subproducto juvenil, pero llegó su primera oportunidad, su primer largometraje, La Gran Aventura de Pee-wee. El gran éxito de taquilla (quintuplicando el presupuesto) representó el lanzamiento de su carrera pero no fue lo único destacado del film. En las aventuras de Pee-Wee Herman podemos entrever ya dos claves del éxito de Tim Burton: la primera, el importante impacto visual de la película que fue uno de los mayores aciertos; la segunda, su banda sonora, compuesta por Danny Elffman, uno de los colaboradores habituales de Burton.
Su segundo largometraje fue de nuevo un éxito de taquilla y consiguió, además, un Oscar. Se trataba de Bitelchús, donde se reafirmó en su estilo único y excéntrico, consolidaba su incipiente carrera y lo transformaba en el nuevo Rey Midas de Hollywood.
Y entonces llegó Batman. Posiblemente la apuesta más arriesgada. Burton únicamente aceptó dirigir la película si se hacía bajo sus reglas. ¡Y le fue concedido! Lo primero que hizo fue cambiar el guión que le parecía demasiado infantil, transformándolo en una historia mucho más oscura. Lo segundo fue elegir como protagonista a Michael Keaton, a pesas de las 50.000 cartas de protesta recibidas en Warner Bros. Pero Tim Burton hizo su magia y transformó la segunda adaptación al cine del cómic de Batman en el éxito de taquilla más grande de su tiempo. Recordad que la primera fue la protagonizada por Adam West en 1966.
Batman Returns sorprendió con personajes aún más profundos y deprimentes, Eduardo Manostijeras cautivó al público con su amable personalidad y su tierna sonrisa, Pesadilla antes de Navidad (obra dirigida por Henry Selick y producida por Burton) impactó aplastantemente en el público más joven, Ed Wood, Mars Attacks! y Sleepy Hollow mostraban el punto más satírico y sarcástico de Burton combinado con ese aire retro.
Tim Burton tiene un cierto aire gótico, oscuro y excéntrico, pero no se aparta de la comercialidad, no reniega de ella. Es un director que, sobretodo, busca divertir. De todas maneras, lo que más llama la atención quizás, es la coherencia gráfica de su obra. Su obra es un conjunto. Sí, es cierto, de una manera u otra, ha participado casi en una veintena de películas diferentes, de épocas diferentes, de temáticas distintas, pero en todas ellas permanecen los motivos, la fidelidad a una apariencia, su fidelidad a sí mismo en oposición a la norma hollywoodiense de la moda cambiante. Él siempre ha sido fiel a sus obsesiones. Tim Burton siempre lo decide todo y eso se nota en sus películas. Él decide los temas, los colaboradores y los actores. Toma el dinero que necesita y hace con él lo que desea realmente.
Como dice Miguel A. Parra en su libro Tim Burton: Simios, murciélagos y jinetes sin cabeza: «Burton ha creado una marca de autor, una estética específica e inconfundible en sus obras, que ha atraído al gran público a producciones que anteriormente estaban destinadas a un tipo de espectadores muy concreto y mucho más minoritario”. Y añade, “el público se ha sentido atraído por esa estética especial y personal de Burton que está presente en casi todas sus obras, pero, principalmente, el secreto de su éxito es haber dado protagonismo a los perdedores, a esos personajes de los que hablábamos antes. Outsiders de infancias torturadas, monstruos, o marginados que pasaron de ser apaleados en el patio del colegio a ser los héroes de la historia. Siguen siendo feos, siguen siendo raros, pero ahora, gracias a Burton, consiguen vencer al villano de turno y llevarse a la chica».
Yo le admiro mucho, es el único capaz de crear mundos poéticos y surrealistas donde perderse, él me hizo saber que quería ser cineasta tras haber visto Mars Attacks en la tele a los 12 años.
Totalmente de acuerdo contigo Eber. Mucha suerte en el mundo del cine. ¡Gracias por leernos! Saludos 😉